Obras dudosas

Matización a las opiniones vertidas por la web oficial de Cándido Fernández Mazas sobre el cuadernillo aparecido en la revista Gallegos. Número 15/III/2011.

Con la publicación del siguiente comentario, desde la web oficial de Cándido Fernández Mazas, el apoderado y depositario de la obra del mencionado pintor, así como los legítimos herederos –de ahí la utilización del plural– deseamos salvaguardar el derecho de rectificación ante las dudas –más que razonables– expresadas en esta misma página web en la entrada: Aclaración al artículo en la Revista Galegos, Número 15/III/2011, que han suscitado en aquellos que motivaron nuestra Aclaración cierta inquietud, más que nada para tranquilizarlos.

La duda sobre la autoría de Mazas en esas cuatro obras publicadas, sigue siendo razonable, no sólo por la manera de haber aparecido en la revista, o porque representen más del 50% de la obra al óleo reconocida del pintor, o porque no hayan sido presentadas con la importancia que tal hallazgo merecería, sino también por lo que las mismas obras evidencian.

Quien las presenta, quien las muestra, es quien debe demostrar su autenticidad. Las dudas vertidas aquí, y en la Aclaración inicial, se revertirán en el momento en que esas pruebas se presenten, pero sólo si éstas resultan convincentes y fundamentadas científicamente y no meramente opinables. Porque opinión por opinión –y mientras no se demuestre lo contrario– nos seguimos quedando con la nuestra, que por otra parte tiene tanta validez intelectual y moral como la de cualquier experto sino más. Si esta web ha nacido para difundir la obra y el legado intelectual de Cándido Fernández Mazas, es exactamente lo que pretendemos hacer con la máxima fidelidad, también velar por su integridad y legitimidad. La lealtad, y en el caso de algunos de nosotros, también la consanguinidad con el autor nos obliga.

 

Aclaración sobre el artículo de Fernández Mazas en la revista Galegos, Número 15/III/2011.

Aunque se nos había solicitado colaboración e imágenes y  participamos en dicho número,  quisieramos desvincularnos de cuatro de las obras que se incluyen, que jamás hemos visto y que nos fueron ocultadas hasta el momento de la publicación, pero que a priori, y después de la observación de las fotografías de las mismas, no nos parecen auténticas: carecen de la gracia, de la delicadeza,  exactitud en el  dibujo y correcta representación de la anatomía –manos, pies, extremidades, articulaciones– así como de la sutileza del color, que son consustanciales a la obra de Cándido Fernández Mazas.  Convendría que quien las intenta presentar como Mazas  justifique –aparte de lo anteriormente reseñado y  facilmente constatable– deriva, análisis habituales: rayos x, grenz, electroespectrografía, etc.